El mercado de segunda mano, está en el instante más dulce que recordamos. Muchas son las tiendas de segunda mano que están surgiendo, y buenísimos los resultados de algunas de ellas. Algo tan personal como la ropa, es objeto de intercambio frecuente, y de ahí hasta los muebles segunda mano Madrid hay un paso pequeñísimo, por no hablar de la tecnología o bien de todo tipo de caprichos que se amontonan en los hogares.

Ahora se estima que un ochenta por ciento de la población acude a mercados o bien tiendas de segunda mano frente al cuarenta por ciento que aseguraba hacerlo ya antes de la crisis. Más, no es la crisis el origen de todo, ni el final, como saben muchos empresarios online y ofline son los que están subidos a esta ola irrefrenable. Lo que pudo considerarse algo de pobres, ahora es moda, es “cool” y muy singularmente en lo concerniente a muebles y decoración. Por si no fuera suficiente con lo anterior, cientos y cientos de plataformas de intercambio entre particulares, dan un escaparate eficiente para la transacción sin fiscalidad alguna, sin Impuesto sobre el Valor Añadido, mas asimismo sin IRPF, sin Seguridad Social, sin IAE, sin gasto empresarial, ni altas administrativas de ninguna clase. El fenómeno está repleto de beneficios y no parece que vaya a reducirse. España, es tal vez uno de los países que más ha tardado en percibir esta tendencia, pero como acostumbra a ocurrir en nuestro increíble país, en el momento en que nos metemos, nos metemos hasta el fondo.

No sé si va a ser casualidad o bien no, pero tendencias como el vintage, o bien programas televisivos dedicados a sembrar el gusto por las subastas, mercadillos y restauraciones múltiples, contribuyen indudablemente a la llegada del “segunda mano” en los hábitos de consumo.

Sin hacer una investigación seria, cabe desprender que los oficios de restauración tienen una ocasión muy interesante ante sí, más ahora estamos frente a una buena ocasión para la reflexión de todos y cada uno de los operadores del campo del mueble.
Este fenómeno no sólo afecta a la competencia directa de las tiendas de muebles usados en madrid, sino más bien al coste objetivo de los muebles por lo general, e inclusive al diseño. Así mismo hay un aspecto positivísimo para el que lo quiera ver, hay una pequeña cantidad económica disponible en recursos, que ya antes iban a la basura y ahora los particulares pretenden rentabilizar.

Realmente no es tan pequeña esa cantidad, se asegura que todas y cada una de las familias tienen más de cuatro objetos que no emplean, de los que se desprenderían muy a gusto, una gran parte de ellas intentan hacerlo, pero seguro que todas y cada una lo harían si alguien les facilitara la manera de hacerlo sin molestias ¿no?

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